jueves, 27 de septiembre de 2018

LA COMUNICACIÓN DE LOS LOGROS DE APRENDIZAJE DE LOS ALUMNOS DESDE EL ENFOQUE FORMATIVO.

Se ha demostrado en diferentes investigaciones, que la comunicación de los logros de aprendizaje desde un enfoque formativo permite capitalizar los beneficios de la evaluación como herramienta para mejorar el aprendizaje de los alumnos tanto en sus logros como en su calidad. Autores como Sandler (1989), Santos (1995, 1996), Sanmartí (2001, 2002 y 2010), Shepard (2008) y Picaroni (2009), entre otros, hacen hincapié en la necesidad de que los docentes vayan más allá de la retroalimentación tradicional para llevar a cabo una verdadera comunicación con los alumnos, sus padres o tutores, e incluso entre colegas, con el fin de que los resultados obtenidos de las evaluaciones que se realizan en el aula y la escuela potencien el aprendizaje.
La finalidad del enfoque formativo de la evaluación (SEP, 2011) es que todas las evaluaciones que se realicen en el aula y la escuela (diagnósticas, del proceso, finales, autoevaluaciones, coevaluaciones y heteroevaluaciones con o sin fines acreditativos), privilegien el logro y mejoramiento del aprendizaje de los alumnos, es decir, se lleven a cabo desde el enfoque formativo.
Varios autores afirman que al comunicar los logros de aprendizaje es necesario reflexionar qué se va a comunicar y con qué propósitos, cómo se debe llevar a cabo dicha comunicación y de qué manera pueden aprovecharse los instrumentos de registro de los resultados de aprendizaje, es decir, se tiene que realizar una comunicación prudente, objetiva y con tacto, no amenazante, intimidante ni castigadora, sino con la visión puesta en la mejora continua de los aprendizajes de los alumnos.
Por ello, es necesario que los docentes brinden solamente la información que cada uno de los actores involucrados requiere, es decir, alumnos, padres de familia o tutores, equipos técnicos y autoridades educativas, para tomar decisiones que les permitan mejorar el aprendizaje de los alumnos.
Esta comunicación cumplirá sus fines si existe la conciencia de que todos estos actores comparten una meta común: lograr aprendizajes que permitan a los alumnos contar con una formación que los acerque, gradualmente, al logro de las competencias y, por ende, al Perfil de egreso de la educación básica.
La comunicación con los interlocutores directos de los docentes tiene el fin de cumplir con el propósito de que cada uno cuente con la información necesaria para lograr mejores aprendizajes. La comunicación de resultados puede enriquecer el trabajo docente si se recupera el conocimiento que va construyendo sobre los alumnos, sus potencialidades y lo que interfiere en su aprendizaje, haciendo hincapié en que escuchar a los alumnos y a los padres o tutores es una fuente privilegiada de información para hacer ajustes de mayor efectividad y pertinencia a la enseñanza.
Dentro de la evaluación diagnóstica o inicial se evalúan los conocimientos previamente construidos, los razonamientos y estrategias espontáneas, las actitudes y hábitos adquiridos y las representaciones de la tarea que se propone, entre otros aspectos intencionalmente diseñados por el docente. Esta evaluación diagnóstica se lleva a cabo al inicio de los procesos de enseñanza y aprendizaje. Se realiza para que el docente diseñe la planificación y las estrategias de enseñanza de acuerdo con las necesidades de aprendizaje de los alumnos y para que los alumnos identifiquen sus saberes previamente construidos.
Los propósitos de la comunicación son motivar el aprendizaje y compartir con los alumnos las retroalimentaciones del proceso de aprendizaje, entre otras.

Esperando como siempre que esta información les resulte útil, seguiremos publicando.


MIP Víctor Manuel Quintanar Guerrero.
Asesor Técnico Pedagógico en Pensamiento Matemático.
San Juan del Río, Querétaro, México.


Referencias para saber más:

SEP. (2013). La comunicación de los logros de aprendizaje de los alumnos desde el enfoque formativo. Cuadernillo 5. En serie: Herramientas para la evaluación en educación básica. 1a, Edición. México.