sábado, 29 de abril de 2023

EL LÍDER COMO MAESTRO. Peter Senge. La Quinta disciplina. Pp. 427 a 436.

    Según Max De Pree, la primera responsabilidad de un líder es definir la realidad.

    Gran parte de la influencia del líder radica en ayudar a la gente a ver la realidad de modo más preciso, penetrante y por tanto, potenciador.

    La realidad, según la percepción de la mayoría, significa las presiones que hay que sufrir, las crisis ante las cuales hay que reaccionar y las limitaciones que se deben aceptar.

    Si bastara con chasquear los dedos para que la visión se hiciera realidad, no habría proceso creativo. 

    La función del líder como maestro es ayudar a la gente a alcanzar una nueva perspectiva, donde la realidad constituya un medio para crear y no una limitación.

    Basándose en las disciplinas centrales del aprendizaje: el dominio personal, los modelos mentales, la visión compartida, el aprendizaje en equipo y el pensamiento sistémico, los líderes pueden influir para que las personas encaren la realidad en cuatro niveles: hechos, patrones de conducta, estructuras sistémicas y una historia de propósito o Misión. La pregunta clave es ¿adónde deben dirigir su atención y la atención de la organización?

    Los líderes de las organizaciones inteligentes prestan atención a los cuatro niveles, pero enfatizan el propósito y la estructura sistémica. Enseñan a la gente de toda la organización a imitarlos.

    La estructura sistémica es el dominio del pensamiento sistémico y los modelos mentales. En este nivel, los líderes continuamente ayudan a la gente a ver la gran figura: la interacción entre diversas partes de la organización, los paralelismos entre las situaciones en virtud de estructuras subyacentes comunes, el impacto amplio y de largo plazo de las acciones locales, la necesidad de ciertas políticas operativas para la totalidad del sistema, pero, a pesar de su importancia, el nivel de la estructura sistémica no es suficiente. En sí mismo, carece de sentido del propósito. Afronta el cómo, no el por qué.

    Al concentrarse en la historia de propósito: Por qué existe la organización y adónde se dirige, los líderes añaden otra dimensión de significado. Ofrecen aquello que la filosofía denomina "explicación teleológica" (del griego telos, finalidad o propósito): una definición de aquello que procuramos ser. 

    CUANDO LOS INTEGRANTES DE UNA ORGANIZACIÓN COMPARTEN ESE SENTIDO DE PROPÓSITO, ESTÁN UNIDOS EN UN DESTINO COMÚN. POSEEN UN SENTIDO DE CONTINUIDAD E IDENTIDAD QUE NO SE PUEDE ALCANZAR DE OTRA MANERA.

    Los líderes con talento para integrar la historia de propósito y la estructura sistémica son raros en mi experiencia. Ello explica, sin duda, por qué las organizaciones inteligentes son raras.

    Lamentablemente, los líderes más comunes tienen sentido de propósito y visión genuina, pero escasa habilidad para alentar la comprensión sistémica. Eventualmente, la perspectiva de los integrantes de la organización queda dominada por los hechos y la reactividad ante los hechos. Su experiencia consiste en saltar continuamente de crisis en crisis, sin control sobre el tiempo y mucho menos sobre el destino. 

    Las fuerzas sistémicas arrasan con las visiones más nobles si no aprendemos a reconocer esas fuerzas, a trabajar con ellas y moldearlas.

    Los líderes de las organizaciones inteligentes formulan estrategias para explotar las tendencias emergentes, pero además, ayudan a la gente a comprender las fuerzas sistémicas que modelan el cambio.

    Los líderes de las organizaciones inteligentes tienen capacidad para conceptualizar sus intuiciones estratégicas, de tal manera que se convierten en conocimiento público, abierto al desafío y el perfeccionamiento. 

    El líder como maestro es alguien que alienta el aprendizaje, ayuda a los integrantes de la organización a desarrollar una comprensión sistémica. La aceptación de esta responsabilidad constituye el antídoto contra uno de los defectos más comunes de ciertos líderes talentosos: la pérdida del compromiso con la verdad.

    Los líderes que son diseñadores, mayordomos y maestros, llegan a ver su tarea fundamental con sencillez. 

    La tensión creativa del dominio personal se genera abrazando una visión sin renunciar a la verdad de la realidad actual respecto de esa visión. La tensión creativa del líder no es angustia: eso es tensión psicológica. Un líder establece el rumbo y el objetivo con su historia, su sentido del propósito, sus valores y su visión. Su insobornable compromiso con la verdad y su afán de indagar las fuerzas que bullen por debajo de la realidad actual iluminan constantemente las brechas entre la realidad y la visión. Los líderes generan y administran esta tensión creativa en sí mismos y en toda una organización. Así es como infunden energía a la organización. ESA ES SU FUNCIÓN BÁSICA. POR ESO EXISTEN.

    El dominio de esta tensión creativa conduce a una visión muy diferente de la realidad: La gente comienza a ver cada vez más aspectos de la realidad como cosas que se pueden modificar. Es una percepción serena, arraigada en la comprensión de que todos los aspectos de la realidad actual (los hechos, los patrones de cambio y aún las estructuras sistémicas) están sujetos a nuestra influencia merced a la tensión creativa. Este es un cambio de enfoque o METANOIA.

    Los líderes sobresalientes se distinguen por sus ideas claras y persuasivas, la hondura de su compromiso y su apertura ante el aprendizaje continuo...inspiran confianza para que juntos podamos aprender lo necesario para alcanzar los resultados que deseamos.

    El liderazgo natural de estas personas es el subproducto de una vida entera de esfuerzos: esfuerzos para desarrollar aptitudes conceptuales y de comunicación, para reflexionar sobre los valores personales y alinear la conducta personal con dichos valores, para aprender a escuchar y apreciar a otros y sus ideas. En ausencia de ese esfuerzo, el carisma personal es estilo sin sustancia.

    La gente sigue a la gente que cree en algo o tiene capacidad para alcanzar resultados al servicio de esas creencias. Por decirlo de otro modo: ¿Quiénes son los líderes de las organizaciones inteligentes? Son personas que aprenden.

    Paradoja del liderazgo: Aunque las responsabilidades del liderazgo están diseminadas entre hombres y mujeres de toda la organización, las responsabilidades sólo llegan como resultado de la opción individual. Sólo a través de la opción un individuo llega a ser el mayordomo de una visión más amplia. Sólo a través de la opción un individuo llega a practicar las disciplinas del liderazgo y del aprendizaje. 

    Las organizaciones inteligentes sólo pueden ser construidas por individuos que ponen su espíritu vital en la tarea. Nuestras opciones (capacidades para escoger) guían ese espíritu. La opción de escoger construir una organización inteligente es nuestra.

Créditos al autor.


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