Que a los niños refugiadas
Ahí sigues tan cenizo
Como cuando conmigo jugabas
Protegías con tus alargadas ramas
A las hierbas de olor de mi abuelita
Al igual que a sus flores preferidas
Como una larga sombrilla de telita.
Siempre me dió una gran curiosidad
El ver los granos que de tus hojas salían
Me gustaba arrancarlos y jugar
A aventarlos a quienes a mí venían.
Ya no te veo seguido como antes
He dejado de visitar la huerta
Sólo imagino qué de tu destino fue:
Luchar para no ser un alma muerta.
Victor Quintanar.
23/03/2024
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