sábado, 13 de abril de 2024

El mezquite

Me cuenta mi esposa que en su casa paterna, en Visthá San Juan del Río, había muchos mezquites. En sus palabras me dice: "Recuerdo que en el patio principal de la casa de mi papá había un mezquite donde nos salíamos a sentar en días calurosos porque era muy fresco. Mi mamá le hacía un rodete y sobre el rodete le ponía macetas. Era muy frondoso, como 6 metros de circunferencia. Ahí, de las ramas o brazos más gruesos colgábamos cuerdas para hacer columpios. En un tiempo a mi mamá se le ocurrió poner botes grandes donde hicieron nido las palomas y llegó a criar muchas, pero generaron gorupos, por lo que les tiró sus nidos para que se fueran. 
Mi mamá usaba los mezquites para amarrar las reses o toros porque les daba una buena sombra. Había tres mezquites juntos y de la base del tronco los amarraban. Recuerdo que una ocasión cayó un rayo que mató a una vaca y a su cría, una ternera.  Por lo que no nos acercabamos a ellos cuando estaba lloviendo. 
En esta época de primavera, se ponen muy verdes y dan bastantes frutos que caían solos al piso, por lo que se le echaban al ganado porque se los comían como alimento. Pero en otoño o invierno los mezquites se comienzan a quedar pelones y hacen mucha basura. 
En esos árboles también se dan mucho los insectos que se llaman chamueses, y mi mamá bajaba los más tiernos y los asaba vivos para comer en tacos. En el monte había terrenos de uso común y estaban lleno de mezquites, se daban muchos arbustos de mezquites y se les podaban las ramas para circular los terrenos de sus sus casas y milpas, con los ramaños, ya que tenían espinas y servían para proteger las propiedades como si fueran rejas o bardas. También se usaban para proteger a los árboles que empezaban a crecer para que no se los comieran las manadas de animales que pasaban cerca de ellos. 
Los niños jugábamos y nos subíamos al mezquite, hacíamos casas de árbol, y a los gatos les gustaba mucho subirse en ellos. 
Cuando se podaba un árbol que ya tenía brazos muy largos, se dejaban secar para usarlos como leños para lumbre o fogón, pues su leña es dura y servía muy bien principalmente para echar las tortillas. 
Ya para descansar, mi mamá se iba a sentar abajo del mezquite para tejer con gancho o leer sus libros de la iglesia llamado alabancero, que le servía para cantar".
Al igual que estos recuerdos, aunque yo no viví nunca cerca de un mezquite, mis parientes de Huimilpan tenían un corral de piedras donde en medio había un gran mezquite que les daba sombra a las reses. 
Hace días tuve una reunión de compañeros de la universidad y nos sentamos bajo la sombra de un gran mezquite que está en la foto al inicio de este escrito. Su dueño me comentó que bajo la sombra de un mezquite se está 5° más abajo de la temperatura normal, por eso es tan refrescante estar bajo su sombra en tiempos de calor. 
Son ideales para los días de campo o para reunirse debajo de ellos a tomarse unas cervezas y charlar con los amigos. 


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