martes, 21 de diciembre de 2021

SOLILOQUIOS DE LIBERTAD.

Martes 15 de octubre de 2019.


Tardes en el Centro de Desarrollo Comunitario.


9.  Me ha gustado salir a meditar a las bancas del parque, mientras mis hijos están en su clase de natación. Comencé a hacer ejercicio físico en este tiempo, casi una hora, pero la sesión anterior me sentía cansado mentalmente y con dolor físico, por lo que me salí y me senté cerca de la cancha de volley ball. Ahí me gustó estar porque la sombra a esa hora es perfecta, hay corriente de aire fresco, y se observa el mundo de los insectos que habitan en ese pequeño espacio alrededor de la banca. Los árboles desprenden ramas con hojas secas, quizás por ser otoño, mismas que amontoné simulando una fogata, integrando algo de la basura que dejan olvidada quienes también en otro momento estuvieron por aquí. Había dos envoltorios de goma de mascar, una bolita de estopa, un madero del tamaño adecuado para la fogatita que simulaba, y me ayudaba con una vara larga y resistente para acercarme los objetos que iba encontrando. No pensaba en nada importante para otras personas, más bien pensaba en cosas importantes para mí. Tener tiempo libre siempre ha sido prioridad en mi vida, tiempo que uso para reflexionar el camino que he seguido y el que me han impuesto otros. Visualizo las veredas que quiero seguir y en las que no quiero continuar. Así encuentro paz, engañándome por unos instantes de que soy libre, pues ¿Quién es libre en realidad sin ofender a una que otra persona con esa libertad? Porque si fuera realmente libre no tendría que ocuparme de nada que no me interese hacer, y haría todo lo que se me viniera en gana realizar, pero en ese momento mi libertad iría de la mano con mi egoísmo, al cual actualmente le llaman eufemísticamente amor propio, autoestima, inteligencia, etc. ¿Quién aceptaría eso? Tendrían que valerme muy poco las necesidades de quienes piden mi consejo, atención y/ó ayuda. Así quizás sería feliz, libre, inteligente...y solitario, porque no a todos conviene mi libertad, quizá ni a mí. 


10. Defiendo mis espacios de libertad a capa y espada, son mis momentos personales, en solitario, cuestionados por algunos, cosa que no me importa. No es siempre, ni es diario, y me los merezco. Con mis experiencias he podido dar forma a un estilo de vida muy peculiar, donde todavía no logro formalizar el espacio de tiempo que requiero para escribir, pero que tampoco mi razonamiento me había llevado a el. En estos días logré recordar y reflexionar que tengo este dispositivo electrónico donde existen herramientas para poder escribir de manera electrónica, y me he aprovechado de esto. Cuando tenía mi panadería no contaba con la motivación para escribir aunque tenía los medios para hacerlo, pero terminaba muy cansado. Al final de mi jornada de trabajo de aproximadamente 12 a 14 horas, ya no quería trabajar física, mental ni espiritualmente, solamente quería descansar. Mientras que ahora, aquí, sentado en una banca de un parque, rodeado de árboles, con muy pocos zancudos alrededor, puedo escribir, disfrutando de la brisa y esperando la salida de mis hijos al término de su clase. 


11. Reconstruir un pasado estilo de vida funcional  tiene que ver con recuperar los sueños que, en algún momento de la vida, presionado por las suposiciones e ignorancias de otros y por lo que la mayoría de las personas a cierta edad logran social y económicamente, me hizo abandonarlos.  Equivocadamente, dejé un estilo de vida saludable que me funcionaba a manera individual, con una rutina que cumplía metódicamente para no descuidar ningún aspecto de mi vida integral, con trabajo, ejercicio, vida social, viajes, y principalmente, haciendo lo que me gusta hacer, y lo cambié por avaricia y envidia, pues pensaba tontamente que necesitaba hacerme de más dinero para poder ser feliz. ¡Pero si ya lo tenía todo! Hoy me encuentro recuperando mis sueños desde sus bases, desde lo que olvidé, aquello que me gustaba hacer desde niño y que no lo desarrollé totalmente porque casi siempre otros me desanimaban "por mi bien" o me desorientaban para no seguir ciertos gustos o talentos personales porque, según ellos, no me iban a generar riqueza. Entonces fui dejando mi gusto por el ejercicio físico, el canto, la guitarra, la danza folklórica, los bailes de salón, el dibujo, las matemáticas, el inglés, las ciencias, la literatura, la escritura, la poesía, los viajes, y muchas cosas más que me gustaba hacer porque tenía que buscar la forma de ganar más dinero. Hasta llegué a pensar en algún momento que solamente lo hacían por perjudicarme (De hecho todavía tengo esa teoría, de que realmente nada más me querían fregar😁) ¡y que bueno que no hice caso del todo! porque ahora, gracias a todas esas experiencias, retomo el ejercicio, el canto, la guitarra, las matemáticas, el inglés, la literatura, la filosofía, los viajes, la vida...¡Mi vida!


Víctor Manuel Quintanar Guerrero.


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